lunes, 24 de septiembre de 2012

El orden en el relato policial.

   Para reconstruir los hechos, el investigador tiene que remontarse o ir hacia atrás en el tiempo. Por ejemplo, en el cuento "La inspiración", Feng trata de averiguar qué pasó en la habitación del poeta Siao cuando éste murió, -se trata de un hecho que ocurrió antes de que él empezara a investigar-.
   Cronológicamente, los hechos suceden en el orden siguiente:


  1. Siao escribe un poema contra Ding.
  2. Ding envenena el pincel.
  3. Ding incendia una cometa con sus discípulos.
  4. Siao ve pasar la cometa en llamas.
  5. Acude la inspiración a la mente de Siao.
  6. El poeta Siao moja el pincel en sus labios.
  7. Muere Siao.
  8. El poeta Siao es hallado envenenado.
  9. No encuentran el veneno.
  10. El consejero literario llama al sabio Feng.
  11. Feng interroga al consejero.
  12. Feng resuelve el caso.
   Pero en el relato los acontecimientos aparecen en este otro orden:

  1. El poeta Siao es hallado envenenado.
  2. No encuentran el veneno.
  3. El consejero literario llama a Feng, etc.
   Habitualmente, los hechos que constituyen la trama de un cuento se presentan en forma lineal, es decir, en el orden temporal en que supuestamente ocurrieron. Pero, a veces, el narrador altera ese orden y anticipa en su relato hechos que ocurrirán más tarde, o bien, pospone la narración de acontecimientos que son anteriores en la historia.
   Este recurso es frecuente en los relatos policiales en los que la acción se inicia en el momento en que se descubre un delito y a continuación se lleva a cabo la resolución del enigma acerca de quién es el culpable y cuáles fueron sus motivos. A este "desorden" en el tiempo del relato se lo denomina ruptura de la temporalidad.

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